Nicolás Jarry (28°) llega a Wimbledon, que parte el próximo lunes, con sensaciones encontradas de su etapa de preparación en pasto. Si la semana pasada, en Halle, logró uno de los triunfos más resonantes de su carrera, al superar al griego Stefanos Tsitsipas (5°), esta vez en Eastbourne su actuación fue mucho más breve e irregular.
La primera raqueta de Chile cayó en su debut en el torneo frente al francés Grégoire Barrère (57°) por 6-3, 4-6 y 6-4, por lo que no pudo aprovechar el día más de descanso que tuvo gracias a que quedó como uno de los cuatro primeros cabezas de serie del torneo tras la baja de Alex de Miñaur.
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A diferencia de lo que venía mostrando, el "Príncipe" no estuvo fino con el primer servicio (61%) al punto que tuvo nueve oportunidades de quiebre en contra, de las cuales solo pudo salvar cinco.
Tampoco estuvo fuerte en la devolución, aunque en el césped las estadísticas en este aspecto son bajas.
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Ahora viene Wimbledon, el torneo más tradicional de este deporte. Sus antecedentes ahí no son los mejores: apenas un triunfo en el cuadro principal en tres presentaciones.
Se trata de su retorno después de cuatro años y una buena actuación (no defiende puntos) podría meterlo entre los 20 mejores del mundo, lo que instalaría a Jarry en otro estatus dentro del circuito ATP y en la historia del tenis chileno.