El Vaticano confirmó la cancelación de los compromisos del Papa Francisco para el próximo fin de semana, en medio de una creciente preocupación por su salud. Esta decisión se tomó tras el diagnóstico de una "infección polimicrobiana de las vías respiratorias" que ha llevado al pontífice a permanecer hospitalizado desde el pasado viernes.
Compromisos cancelados por el estado de salud del Papa
El anuncio de la Santa Sede, realizado el martes, especificó que "debido al estado de salud del Santo Padre, la audiencia jubilar del sábado 22 de febrero queda cancelada" y que Francisco no podrá presidir la misa del domingo. Esta noticia llega en el quinto día de hospitalización del Papa, quien a sus 88 años enfrenta complicaciones respiratorias que han inquietado a los fieles y a la comunidad católica en general.
Francisco fue ingresado en el hospital Gemelli de Roma después de experimentar dificultades para leer sus textos en público durante varios días. A pesar de su estado, el Vaticano informó el lunes que el pontífice se encontraba estable y sin fiebre. Además, se indicó que había trabajado y recibido la eucaristía el mismo día de su ingreso hospitalario.
En un comunicado proporcionado por la Santa Sede, se destacó que "el Papa Francisco está conmovido por los numerosos mensajes de afecto y cercanía que sigue recibiendo", lo que demuestra el apoyo que ha recibido de los hinchas de la Iglesia católica en todo el mundo.
El pronóstico sobre la recuperación del Papa es incierto. Aunque el Vaticano no ha precisado si podrá participar en la tradicional oración semanal del Ángelus el domingo, en el pasado, Francisco ha podido pronunciar esta oración desde el balcón del hospital cuando ha estado en situaciones similares. La incertidumbre sobre su salud se ve amplificada por el hecho de que su hospitalización coincide con el inicio del año jubilar de la Iglesia católica, un período que conlleva una serie de eventos importantes que requieren su presencia.
Preocupaciones sobre la salud del Papa y el impacto en la Iglesia
Este es el cuarto ingreso hospitalario del Papa Francisco en menos de cuatro años, lo que ha reavivado el debate sobre su salud y capacidad para llevar a cabo las funciones del liderazgo eclesiástico. Desde que asumió el cargo en 2013, el pontífice argentino ha enfrentado varios problemas de salud, lo que ha llevado a algunos a cuestionar su capacidad para cumplir con sus obligaciones en un año tan significativo para la Iglesia.
El Vaticano había indicado anteriormente que el Papa presentaba un "cuadro clínico complejo", lo que sugiere que su recuperación podría ser más prolongada de lo esperado. A pesar de estas preocupaciones, el estado de salud del Papa fue descrito como estable, lo que genera un leve alivio entre sus seguidores.
Por su parte, la comunidad católica ha respondido con mensajes de apoyo y oraciones, reflejando la importancia de Francisco como líder espiritual. Los hinchas de la Iglesia esperan que su recuperación sea rápida y que pueda retomar sus actividades lo antes posible.
